Los 90 de
Florita…..
Encantadora, entusiasta, alegre y soñadora pudiera ser
la fórmula para acumular tantos años en una misma vida y vivirlos al 100%
saludables, llena de emociones y con el ánimo elevado, dispuesto y comprometido
hasta convertirse en la PARAGUANERA CENTENARIA del 2024. Mujer humilde y valiente, que no se rinde en las dificultades, pero tampoco se engolosina con
los éxitos propios, ni familiares y, mucho menos, ajenos. La Vida es dura y el
dolor tan intenso que el maquillaje no lo puede ocultar. Le tocó fuerte la vida,
golpes suaves en alguna ocasión y violentos en otra. No obstante la estampa
delicada de esta heróica campesina se levantó, asumió el desafío y creció hasta
el tamaño del reto planteado. No tenía opciones, no había salidas ni
alternativas que analizar, el único camino
era enderezar la jamugas, equilibrar las cargas y echar la burra pa’ lante,
como decían los viejos sabios de antes.
Florita enderezó lo que estaba torcido, restableció el equilibrio y
empujó, -junto a Carmen, Jesús, José y
Manuel-, el carro hacia un norte señero y prometedor. Hoy día, gracias al esfuerzo personal y a la ayuda de
sus muchachos, Doña Flora ha podido contar la historia y alcanza los 90, así de
fácil, entonando las delicias, -cual canto de sirenas-, del Cumpleaños Feliz.
Doña Flora Gómez, viuda de García, dama de elegancia
física y espiritual, que rebasa lo usual, arriba hoy a sus 90 años de
existencia, rodeada del infinito amor familiar y del cariño sincero de muchos
amigos. Dama sencilla de natural encanto, de elegancia antañona y señorial tradición. Andarina voladora entre las ventolinas de la calma y viajera entre los vientos del violento ventarrón. Paraguanera
de nacimiento, de crianza y de corazón. De descendencia directa del indígena caquetío y del invasor español. Originaria de El Hato, municipio Falcón, donde abundan los
testimonios que reconocen en Florita creatividad y talento para ayudar al
vecindario, solidarizarse con los amigos y socorrer a los más débiles que, en
tiempos de crisis, bajan a la categoría de vulnerables. Una mujer nacida para
hacer historia, acompañó a su marido, Mario García, -en vida trabajador
petrolero, líder social y activista comunitario-, en las difíciles y peligrosas tareas democráticas en época de la dictadura. Doña Flora, promotora de la participación
popular organizada en las Juntas Pro-mejoras, que ya no existen. Defensora de los
derechos de la mujer campesina a tener acceso al crédito y a la asesoría del
estado, en materia agrícola. Todo un proceso histórico de aprendizaje político
al lado de su compañero, socio, amigo y esposo. Flora y Mario conformaron una pareja
extraordinaria en la lucha política y social. En el terreno familiar, sus hijos
se formaron bajo los conceptos de valores positivos, principios morales y
buenas costumbres. Del respeto a lo ajeno y la praxis de las virtudes
teologales de la Fe, la Esperanza y la Caridad, como conductas inmanentes a la
naturaleza humana. Hoy día, -los otrora adolescentes- son hombres de bien, con responsabilidad familiar y aplican la heredada fórmula pedagógica, casera e infalible, sobre las enseñanzas que corresponden al hogar. Florita
además de inteligente, se dejó ayudar y hoy
a los 90 años de vida es una madre feliz, una abuela encantadora y una
mujer ejemplar, la trilogía de condiciones para una vida exitosa, larga y saludable.
Hoy en la celebración de sus 90 años, en el placentero
calor familiar y rodeada por la memoria de los que no están, los amigos
queremos festejar esta enorme cantidad de años deseándole mucha salud, mucha
vida y muchos años más.
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