lunes, 11 de agosto de 2014

Gran Riesgo


Ningún banquero privado, ni ningún representante bizarro del capitalismo internacional, se atrevería a arriesgar valores financieros, cuyos intereses más la inversión no pueda retornar en forma expedita a sus  lugares de origen. Este es el caso venezolano sobre el capital foráneo, que opera bajo un régimen legal inestable, de cambios súbitos en la ejecución de proyectos y de modificaciones contractuales que, por supuesto, violan los acuerdos entre los particulares y el estado. Estas conductas espantan la confianza de los inversionistas, que, -sin otra opción-, tienen que marcharse a países más seguros, que garanticen el desarrollo de los planes, el reparto de las ganancias y la reposición del dinero invertido..


En tiempos de los precios petroleros más elevados de la historia y de una exacerbada política clientelar, -que amplifica el poder de convocatoria de la revolución-,  las finanzas del estado y la rentabilidad  del sector privado de la economía,  entran en emergencia y luego pasan a terapia intensiva. Esto último ocurre por el incremento insostenible del gasto público, bajo el esquema de un control cambiario,  que genera devaluación, inflación, escasez  y desempleo. La teoría socialista y su aplicación incorrecta conducen a  una secuela inexorable de equivocaciones y de errores conceptuales,  que, ex-profeso, participan en la destrucción del aparato productivo de la nación. Este detalle empuja al alza la calificación de riesgo-país, otro indicador infalible que ahuyenta  al capitalismo financiero de proyectos sólidos y rentables que pudieran desarrollarse ahora mismo en el territorio nacional. Ante la caída de las reservas del tesoro y estimulada por las ofertas de deuda de la banca internacional, Venezuela acude al dinero fresco o inmediato de los inversiónistas, al mercado de capitales y al fondo chino, en busca de ayuda financiera,  cuyos intereses, -según el índice de riesgo-, tendrá  que pagar a precios  escandalosos.  Se presume que la burocracia revolucionaria, en su más alta jerarquía, se gastó los fabulosos ingresos de data reciente y, ahora,  piden más recursos dizque para seguir avanzando en la construcción del socialismo del siglo XXI. En síntesis, la revolución bolivariana ha sido una revuelta relativamente pacífica, pero una de las más costosas de la historia, de acuerdo con el análisis detallado del dineral gastado por el Gobierno Venezolano, en los últimos 15 años.



El endeudamiento inexplicable con socios extraños, como el caso de china e Iran.  Resulta inaceptable que una república  con los fabulosos  ingresos que recibe Venezuela, tenga que acudir al préstamo de un dinero tan caro.  Parece un disparate que, cotizando el barril de crudo a más de 100 US$, pidamos "cacao" a los chinos con el adelanto de divisas a cambio del envío a futuro de petróleo y sus derivados. Prevalece una especie de voracidad por tragarse todo de una buena vez, dejando en manos del  imperio chino el destino y la soberanía del país. Ahora estamos en la resaca  de la borrachera  petrolera. En aquel  entonces se facilitó la regaladera  de la plata que hora necesitamos. La  China, -con el talón de aquiles del consumismo de las grandes potencias-, se adueña de los recursos energéticos del planeta, negociando a futuro bienes de infinito valor estratégico como el petróleo venezolano. Injusto transferir a las nuevas generaciones  las pesadas cargas de las deudas pendientes.  Lo que trasciende del  negocio con china es que los asiáticos invierten la plata, Venezuela pone los hidrocarburos, pero no se sabe quien dirige las operaciones. Sólo se tienen sospechas de 2 ancianos dictadores de las islas del Caribe.

Los chinos no improvisan, son individuos de aprendizaje rápido y seguro. Los asiáticos manejan muy bien el oficio comercial y saben tomar ventajas en los negocios. Esta raza conoce de una cultura milenaria llena de leyendas, mitos y secretos bien guardados. La Gran China tiene una herencia extraordinaria de larga  y profunda sabiduría. La Población China, -que suma más o menos un cuarto del total de habitantes del planeta-, ha llegado al extremo de imponer un estricto control de natalidad para detener el avance demográfico de ese enorme país. El Pueblo Chino con la vasta experiencia de cinco mil años de historia y aplicando la teoría y práctica del capitalismo salvaje, alcanza por ahora el más importante y asombroso desarrollo económico de toda su existencia.  El Gigante Asiático, -con más de Mil Millones de potenciales consumidores y un crecimiento espectacular del Producto Interno Bruto-, se ubica en coordenadas estadísticas seguras, a escasos puntos de llevarse  en los "cachos" a Los Estados Unidos,  como primera potencia económica del universo.

 Mientras tanto en Venezuela, de nuevo se sacrifica la patria. Esta vez doblegando el torso para rendir pleitesía a los nuevos ricos del mundo: los chinos...Del fondo chino se dice que es la versión socialista del fondo monetario internacional. Per se el dinero asiático no es malo; lo inadmisible sería que pretendieran el control de PDVSA

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