martes, 11 de noviembre de 2014

LAS MEMORIAS DE El Hato.


PRÓLOGO



Algunos definen la memoria como una función del intelecto que consiste en registrar, conservar y evocar experiencias a nivel individual. La sumatoria de sujetos con recuerdos similares,  en espacios y tiempos idénticamente determinados, no completan lo que se conoce como memoria colectiva. Desde una perspectiva holística, asumimos que “el todo es más que la suma de las partes”. En términos de amplitud, -la memoria colectiva-,  es un ensamble de historias que se atesora, destaca y circula por el tejido social de un país, de una región o de un poblado en particular. Los pueblos de hoy participan en  una dinámica multifactorial que arranca desde su origen o fundación, pasando por la raza, religión, régimen político, diferencias sociales  y económicas, pero que convergen y llegan a acuerdos en torno a la protección del patrimonio cultural contenido en  los registros y archivos  comunes. Es decir tienen un celo bizarro por la  memoria  de la comunidad, aún con más fuerza en la era de la información total, libre e inmediata de la aldea global, ésta última expresión acuñada por Marshall Mcluhan en los años 60’s para referirse a las consecuencias socio-culturales de la comunicación. Este libro no pretende ser un almacén de reminiscencias; algunos recuerdos quedan a buen resguardo, otros coleccionados como las joyas de un tesoro, unos tantos inexorablemente perdidos en el tiempo y muy pocos esparcidos en el depósito del olvido por motivaciones personales, familiares o de otra índole. El libro es un álbum memorable, abierto de par en par, que intenta recoger, desempolvar y salvar testimonios inéditos, -en fuentes de primera mano-, como fotografías y documentos valiosos que enriquecen la memoria popular. El imaginario colectivo le da continuidad temporal a los recuerdos y, atesorándolos en la memoria, permite el rescate  de tradiciones y costumbres, incluyendo las ingratas memorizaciones echadas al  gran basurero de la historia. En el pueblo sobrevive una memoria cultural de resistencia ancestral, que permanece en los mitos y leyendas y que, a través de la oralidad, transmite distorsiones y adaptaciones al pasar de una generación a otra, so pena de ser reemplazada por la transculturización imperial de los que dominan el mundo. Sin embargo el investigador tiene que hacer una especie de pasantía hermenéutica sobre los contenidos no escritos, que se acercan más a la versión original.  Si bien en un principio la exégesis aplicaba exclusivamente a la interpretación de textos bíblicos, las técnicas hermenéuticas dan para mucho más; esta metodología sirve también para explicaciones rigurosas en el arte, la ciencia y, sobre todo, la historia, vista ésta como “algo que nunca sucedió, contada por alguien que no estuvo ahí”. Ahora el caserío tiene quien le escriba, porque son relatos de personajes, en ausencia física, pero que son retratados por sus descendientes directos. Un ejercicio biográfico, ligeramente alterado, adornado con las exageraciones propias de los héroes de la familia, que tampoco llega a los extremos de la anécdota narcisista. Este libro  es un archivo actualizado de las experiencias recientes de un pueblo; de acontecimientos que estremecieron la tranquilidad de la gente; de fugaces instantes de felicidad congelados por el flash de una cámara fotográfica y, por supuesto, de la interacción de un lector, asediado por los recuerdos, que termina en el rol protagónico del episodio contado. Leer un párrafo es ubicarse en un lapso y en un contexto de real, mágica y maravillosa posteridad. Es como reanudar la interrumpida conversación imaginaria que se sostuvo en el último encuentro antes del infalible olvido. Es una fabulosa manera de reconciliarse con el recuerdo; un divertido ejercicio para la memoria individual; una contribución al fortalecimiento del perfil histórico del vecindario; es como si nuestros antepasados recorrieran sus pasos en esta vida, no para absolver ni condenar a nadie, sino para vivir de nuevo con el propósito noble, leal e impertérrito de servir a su país.

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