miércoles, 12 de noviembre de 2014

DOCENTES JUBILADOS Por Luis Martínez

La memoria se define como una función del intelecto que consiste en registrar, conservar y evocar experiencias a nivel individual. Experiencias que en el caso de la enseñanza-aprendizaje tiene doble significación; uno los recuerdos propios de los temas tratados en una clase magistral,  y la número dos la vivencia real, mágica y maravillosa de un registro conservado y evocado muchas veces por la gratitud del alumnado, como el premio y reconocimiento más placentero para un docente jubilado. La sumatoria de sujetos con similar carga de recuerdos en espacios y tiempos, idénticos y determinados, no completa lo que se conoce como memoria colectiva. Esta última, -la memoria colectiva-, sería entonces un ensamble de historias que se atesora, destaca y circula por el tejido social de un país, de una región o de un conglomerado gremial, como el caso de los Educadores Jubilados de toda Venezuela y, de manera  muy especial, los colegas Jubilados de Carabobo. Un gremio que nace con vocación histórica, interpretando el sentimiento y la aspiración de un pueblo de conseguir en la educación el vehículo de ascenso social por excelencia. Los educadores jubilados de ahora y de siempre, conforman la MEMORIA VIVIENTE del país. Una memoria amplia y suficiente en la que cabe toda Venezuela, con un enorme agradecimiento por sus maestros de primaria, profesores del liceo o docentes de la universidad. Gente honorable que entregó lo mejor de su vida al sacerdocio de la enseñanza. Hoy la amenaza y el desprecio  se ciernen sobre nuestra condición profesional, frente a un gobierno que pretende burlar acuerdos de vieja data; desconocer derechos adquiridos y engañar con salarios de hambre a los educadores desde el nivel primario hasta el escalafón más alto de la educación universitaria. No podemos permitir el  desconocimiento de  la autonomía del alma mater y eso nos compromete como egresados y como gremio en la defensa de nuestra UC. Interpretamos la memoria viva del país y,  desde una perspectiva holística, asumimos que “EL TODO ES SUPERIOR A LA SUMA DE LAS PARTES”. De manera que no basta sumar. Es necesaria una integración participativa en ese todo que supera la suma. Pues bien los teóricos del proceso y la izquierda trasnochada,  que los acompaña, pretenden modificar la historia. Intentan borrar de la memoria colectiva los escandalosos vicios de la revolución. Esta élite intelectual aspira imponer un sesgo doctrinario que les garantice el control de la población y convertir el socialismo en la estructura única de gobierno en Venezuela. El patibulario vicio comunista de la solidaridad automática entre camaradas, es otro de los malos hábitos del régimen. Este socialismo es un proceso demagógico porque, a pesar de la probidad del discurso, ha permitido que la mala praxis administrativa haya alcanzado el escandaloso rango de desorden nacional. Para mayor desgracia la revolución se ha tragado el más espantoso ingreso de recursos fiscales del que se tenga registro en la historia contemporánea de Venezuela. Pasa del millón de millones de dólares en 15 años.
Maestros, Hombres y Mujeres de categoría excepcional; extraordinarios colegas; damas y caballeros de Primera Clase, Venezolanos y Venezolanas  de incondicional alianza con la democracia, hoy por hoy, el sistema de garantías y libertades más completo del planeta, y el régimen político de gobierno más perfectible y participativo de la historia.
Profesores, Carabobeños y carabobeñas, dignos de las distinciones más honoríficas que pueda merecer un servidor público, que valora e interpreta cualquier reconocimiento como un acicate que robustece el prestigio individual y, por extensión, honra al colectivo gremial de los educadores. Hijos del pueblo con brillantes dotes de inteligencia, creatividad y talento para el exigente trabajo de transmitir el conocimiento dentro y fuera del aula.
 Educadores Venezolanos y venezolanas de destacada jerarquía profesional, alcanzada por méritos personales, en concursos abiertos, limpios y democráticos  para servir al estado y no al gobierno de turno. Gente honesta con credenciales académicas para el ejercicio magisterial y no el empirismo y la piratería revolucionaria que intenta imponer el régimen que, por ahora, detenta el poder.
Pedagogos Carabobeños y  carabobeñas gremialistas que se identifican  con las causas nobles del entorno social. De la mano con los históricamente excluidos y, sobre todo, de los más débiles que en las crisis bajan a la categoría de vulnerables. Jubilados y jubiladas unidos para hacer  historia, aceptando con humildad el reparto de roles y tareas difíciles en este convulsionado trance que vive la patria venezolana.
Docentes de elevado nivel  académico y de extraordinaria experiencia laboral. Formados a tenor del aprendizaje constructivo y de un estilo edificante, capaz de instalar y desarrollar la democracia y la libertad donde haya que hacerlo. Maestros y maestras de excelsa vocación pedagógica con formación política independiente, sin menospreciar la condición sine qua non de los partidos en el sostenimiento del sistema democrático.
Educadores y educadoras de riguroso espíritu crítico y de elevadas virtudes cardinales. De principios filosóficos y de convicciones morales que rigen sus actos públicos y privados. Prudencia, Firmeza, Templanza y Justicia son las sabias compañeras en la toma de decisiones, y las coordenadas que ubican el punto equilibrado entre el carácter y la personalidad, lejos de las emociones y comportamientos impulsivos, libre de excesos y vicios, y conductas exentas de juicios equivocados.
Docentes jubilados, preparadores magistrales de cohortes juveniles, emprendedoras y de gran empuje, ansiosas de conocer el arte, la ciencia y la cultura como vinculantes del crecimiento espiritual y de la gran movilidad social que registra la memoria colectiva venezolana.
Maestros, Promotores incansables de los valores humanos y de principios morales de respeto, tolerancia, buenos modales y sanas costumbres que tanta falta hacen hoy día. Profesoras y profesores de mucha lectura y abundante sabiduría, que tienen por norte una doctrina social enmarcada en la formación de un capital humano más  justo, firme, fuerte y prudente con hombres y mujeres listos, física y mentalmente, para servir al país
Queremos una democracia moderna y robusta, productora de calidad de vida, de buena educación para todos y que, además, rechace la vía destructiva del socialismo que siempre opera en sentido contrario a la libertad y al progreso de los pueblos.

SEÑORAS Y SEÑORES BUENOS DIAS…




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