La memoria se define como una función del intelecto
que consiste en registrar, conservar y evocar experiencias a nivel individual.
Experiencias que en el caso de la enseñanza-aprendizaje tiene doble
significación; uno los recuerdos propios de los temas tratados en una clase magistral, y la número dos la vivencia real, mágica y
maravillosa de un registro conservado y evocado muchas veces por la gratitud
del alumnado, como el premio y reconocimiento más placentero para un docente
jubilado. La sumatoria de sujetos con similar carga de recuerdos en espacios y
tiempos, idénticos y determinados, no completa lo que se conoce como memoria
colectiva. Esta última, -la memoria colectiva-, sería entonces un ensamble de
historias que se atesora, destaca y circula por el tejido social de un país, de
una región o de un conglomerado gremial, como el caso de los Educadores
Jubilados de toda Venezuela y, de manera
muy especial, los colegas Jubilados de Carabobo. Un gremio que nace con
vocación histórica, interpretando el sentimiento y la aspiración de un pueblo
de conseguir en la educación el vehículo de ascenso social por excelencia. Los
educadores jubilados de ahora y de siempre, conforman la MEMORIA VIVIENTE del
país. Una memoria amplia y suficiente en la que cabe toda Venezuela, con un
enorme agradecimiento por sus maestros de primaria, profesores del liceo o
docentes de la universidad. Gente honorable que entregó lo mejor de su vida al
sacerdocio de la enseñanza. Hoy la amenaza y el desprecio se ciernen sobre nuestra condición
profesional, frente a un gobierno que pretende burlar acuerdos de vieja data;
desconocer derechos adquiridos y engañar con salarios de hambre a los
educadores desde el nivel primario hasta el escalafón más alto de la educación
universitaria. No podemos permitir el desconocimiento
de la autonomía del alma mater y eso nos
compromete como egresados y como gremio en la defensa de nuestra UC. Interpretamos
la memoria viva del país y, desde una
perspectiva holística, asumimos que “EL TODO ES SUPERIOR A LA SUMA DE LAS
PARTES”. De manera que no basta sumar. Es necesaria una integración
participativa en ese todo que supera la suma. Pues bien los teóricos del
proceso y la izquierda trasnochada, que
los acompaña, pretenden modificar la historia. Intentan borrar de la memoria
colectiva los escandalosos vicios de la revolución. Esta élite intelectual
aspira imponer un sesgo doctrinario que les garantice el control de la
población y convertir el socialismo en la estructura única de gobierno en
Venezuela. El patibulario vicio comunista de la solidaridad automática entre
camaradas, es otro de los malos hábitos del régimen. Este socialismo es un
proceso demagógico porque, a pesar de la probidad del discurso, ha permitido
que la mala praxis administrativa haya alcanzado el escandaloso rango de
desorden nacional. Para mayor desgracia la revolución se ha tragado el más
espantoso ingreso de recursos fiscales del que se tenga registro en la historia
contemporánea de Venezuela. Pasa del millón de millones de dólares en 15 años.
Maestros, Hombres y Mujeres de categoría excepcional;
extraordinarios colegas; damas y caballeros de Primera Clase, Venezolanos y
Venezolanas de incondicional alianza con
la democracia, hoy por hoy, el sistema de garantías y libertades más completo
del planeta, y el régimen político de gobierno más perfectible y participativo
de la historia.
Profesores, Carabobeños y carabobeñas, dignos de las
distinciones más honoríficas que pueda merecer un servidor público, que valora
e interpreta cualquier reconocimiento como un acicate que robustece el
prestigio individual y, por extensión, honra al colectivo gremial de los
educadores. Hijos del pueblo con brillantes dotes de inteligencia, creatividad
y talento para el exigente trabajo de transmitir el conocimiento dentro y fuera
del aula.
Educadores Venezolanos
y venezolanas de destacada jerarquía profesional, alcanzada por méritos
personales, en concursos abiertos, limpios y democráticos para servir al estado y no al gobierno de
turno. Gente honesta con credenciales académicas para el ejercicio magisterial
y no el empirismo y la piratería revolucionaria que intenta imponer el régimen
que, por ahora, detenta el poder.
Pedagogos Carabobeños y carabobeñas gremialistas que se
identifican con las causas nobles del
entorno social. De la mano con los históricamente excluidos y, sobre todo, de
los más débiles que en las crisis bajan a la categoría de vulnerables.
Jubilados y jubiladas unidos para hacer
historia, aceptando con humildad el reparto de roles y tareas difíciles
en este convulsionado trance que vive la patria venezolana.
Docentes de elevado nivel académico y de extraordinaria experiencia
laboral. Formados a tenor del aprendizaje constructivo y de un estilo edificante,
capaz de instalar y desarrollar la democracia y la libertad donde haya que
hacerlo. Maestros y maestras de excelsa vocación pedagógica con formación
política independiente, sin menospreciar la condición sine qua non de los
partidos en el sostenimiento del sistema democrático.
Educadores y educadoras de riguroso espíritu crítico y
de elevadas virtudes cardinales. De principios filosóficos y de convicciones
morales que rigen sus actos públicos y privados. Prudencia, Firmeza, Templanza
y Justicia son las sabias compañeras en la toma de decisiones, y las
coordenadas que ubican el punto equilibrado entre el carácter y la
personalidad, lejos de las emociones y comportamientos impulsivos, libre de
excesos y vicios, y conductas exentas de juicios equivocados.
Docentes jubilados, preparadores magistrales de
cohortes juveniles, emprendedoras y de gran empuje, ansiosas de conocer el
arte, la ciencia y la cultura como vinculantes del crecimiento espiritual y de
la gran movilidad social que registra la memoria colectiva venezolana.
Maestros, Promotores incansables de los valores
humanos y de principios morales de respeto, tolerancia, buenos modales y sanas
costumbres que tanta falta hacen hoy día. Profesoras y profesores de mucha
lectura y abundante sabiduría, que tienen por norte una doctrina social
enmarcada en la formación de un capital humano más justo, firme, fuerte y prudente con hombres y
mujeres listos, física y mentalmente, para servir al país
Queremos una democracia moderna y robusta, productora
de calidad de vida, de buena educación para todos y que, además, rechace la vía
destructiva del socialismo que siempre opera en sentido contrario a la libertad
y al progreso de los pueblos.
SEÑORAS Y SEÑORES BUENOS DIAS…
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