Los falconianos somos más modestos. Sin esa patológica relación umbilical, -que deviene en mito y enlaza el gentilicio con el ombligo-, también queremos a nuestro estado. La Progenie Coriana, -así haya nacido y crecido en Caracas-, siente que el circulante que irriga su humanidad es la misma sangre derramada heroicamente sobre tierra caquetía. La estirpe de esta etnia se etiqueta con el ADN dominante y ancestral, que sobrevivió a la resistencia contra el invasor español. Su fenotipo es el propio indigena, un indiecito que las madres llevan en sus nobles entrañas. Una raza geneticamente imbatible con sus cromosomas completos, que no tiene miedo y que cada día escribe su historia en la memoria heroica de los pueblos. Los Médanos y la historia regional hacen que los vecinos de la primera capital de Venezuela se sientan orgullosos y asuman, sin complejos de ninguna naturaleza, el Gentilicio Coriano.
Los paraguaneros orgullosos de nuestra península por ese soberbio sol y ese viento altanero. Paraguaná, la que ahora hace historia como fuente inagotable de abundante energía eólica y solar, en estado natural sin tóxinas ni contaminantes que amenacen la calidad de vida y alteren la ecología del ambiente. Paraguaná ofrece, -en su paquete turístico-, las playas más limpias, seguras y confortables del occidente venezolano y, además, unos 70 kilómetros de carretera perimetral para disfrutar intensamente de algunos parajes poco conocidos de la península.
¿Y el cerro? Lo hicieron suyo los SANTANEROS. Los hermanos de Santa Ana responden por el Cerro y el orgullo es tan grande, -del tamaño del majestuoso y espectacular Monumento natural-, que no les cabe en el pecho. El pueblo de Santa Ana siente una gran devoción y un profundo respeto por el cerro.
Parece que a los nativos de algunos pueblos les da como pena decir que son de tal o cual caserío. El caso de El Hato es patético. Es como un estigma publicar el gentilicio. Menospreciar la raíz de su estirpe no creo que sea su intención, debe ser un involuntario olvido. De todas maneras cada quien es de donde le dé su libérrima gana. El cariño es el mismo; no tengo investidura de autoridad para hacer reclamos. No me paren bolas..
No hay comentarios:
Publicar un comentario