Una personalidad carismática, histriónica y compulsiva unida a la exacerbada DEMOFILIA
presidencial, -llevada por sus seguidores a los extremos del paroxismo popular-, convirtieron a
Hugo Chávez en la leyenda viviente más atractiva de la historia reciente, tal vez, más fuerte
que el culto religioso del venerable médico de los pobres, Doctor José Gregorio Hernández.
Millones de venezolanos, de los sectores históricamente excluidos, se manifiestan dispuestos
a darlo todo, incluso la vida, por la permanencia del Presidente en el poder. No obstante la
preocupante inseguridad personal que victimiza a ricos y pobres, el desempleo, la escasez
de productos elementales en la dieta del pueblo, la inflación incontrolable y una sorpresiva
devaluación de última hora superior al 40%, asombra concluir que estas calamidades no
merman, -en lo absoluto-, las simpatías de los electores por el gobierno de la revolución.
LA DEMOFILIA del Presidente Hugo Chávez ha sido correspondida con creces, después del
desastre económico y la desgracia social que tenemos. El amor del comandante le ha sido
retribuido en cada elección con millones de sufragios a su favor. El mutualismo mágico entre
el Presidente y su gente se fortalece, hoy más que nunca, con las plegarias y oraciones de
los más humildes en pro de la salud del primer mandatario. En esta simbiosis perfecta, el
Pueblo y el Presidente se entienden muy bien y saben de un compromiso histórico de largo
alcance, que los anima en su lucha diaria por subsistir y, al mismo tiempo, impulsa el desafío
espiritual de ayudar a Chávez a superar su enfermedad. La fe mueve montañas y esta
mayoría electoral, aunque todavía en condiciones de cuasi excluida, tiene fe en la retórica
amorosa de Hugo Chávez; tiene la esperanza de que su líder no la abandonará y se levantará,
más temprano que tarde, con su DEMOFILIA revitalizada.
Resta, entonces, a los políticos que dirigen la Mesa de la Unidad Democrática conseguir un
liderazgo demófilo que se robe el amor del pueblo hoy prendido en el alma del convaleciente
y reelegido Presidente de Venezuela. La diferencia entre DEMOFILIA y Democracia está en que
demófilos predican y practican el amor por el pueblo, mientras que los demócratas son los
partidarios de que el pueblo gobierne. Cosas distintas, se puede ser demófilo y no demócrata
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