viernes, 16 de agosto de 2013

Demofilia Presidencial.

Una personalidad carismática, histriónica y compulsiva unida a  la exacerbada DEMOFILIA
presidencial,  -llevada por sus seguidores  a los extremos  del paroxismo popular-, convirtieron  a 
Hugo Chávez en la  leyenda viviente más atractiva de la historia reciente,  tal vez,  más fuerte 
que el culto religioso del  venerable médico de los pobres,  Doctor José Gregorio Hernández.  
Millones de venezolanos,  de los sectores históricamente excluidos,  se manifiestan dispuestos 
a darlo todo, incluso la vida, por la permanencia del Presidente en el poder.  No obstante la 
preocupante inseguridad personal que victimiza a ricos y pobres,  el desempleo,  la escasez  
de  productos elementales en la dieta del pueblo, la inflación incontrolable y una sorpresiva 
devaluación de última hora superior al 40%,  asombra  concluir  que estas calamidades no 
merman, -en lo absoluto-,  las simpatías de los electores por el gobierno de la revolución. 
LA DEMOFILIA del Presidente Hugo Chávez ha sido correspondida con creces, después del 
desastre económico y la desgracia social que tenemos. El amor del comandante  le ha sido 
retribuido en cada elección con millones de sufragios a su favor.  El mutualismo mágico entre  
el Presidente y su gente se fortalece, hoy más que nunca, con las plegarias y oraciones de 
los más humildes  en pro de la salud del primer mandatario. En esta simbiosis perfecta,  el 
Pueblo y el Presidente se entienden muy bien y saben de un compromiso histórico de largo 
alcance, que los anima en  su lucha diaria por subsistir  y, al  mismo tiempo, impulsa el desafío 
espiritual de ayudar a Chávez  a  superar  su  enfermedad.  La  fe  mueve montañas  y  esta 
mayoría electoral,   aunque todavía en  condiciones  de cuasi excluida,  tiene  fe en la retórica  
amorosa de Hugo Chávez;  tiene  la esperanza de que su líder no la abandonará y se levantará, 
más temprano que tarde,   con su DEMOFILIA revitalizada.
Resta, entonces, a los políticos que dirigen la Mesa de la Unidad Democrática conseguir un 
liderazgo demófilo que se robe el amor del pueblo hoy prendido en el alma del convaleciente 
y reelegido Presidente de Venezuela. La diferencia entre DEMOFILIA y Democracia está en que 
demófilos predican y practican el amor por el pueblo, mientras que los demócratas son los 
partidarios de que el pueblo gobierne. Cosas distintas, se puede ser demófilo y no demócrata

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